Consecuencias psicológicas en un año pandémico
- Psique Y Ser
- 29 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Para nadie es nuevo que a partir de Febrero del presente año, un virus tuvo su llegada a nuestro país con tintes de un esparcimiento exponencial a lo largo de los meses. Aunque visiblemente no tenemos la imagen de COVID-19 como si fuese un tornado o un huracán que arrasa y se lleva todo aquello que esté en sus manos. Podemos extrapolar está imagen a algo real, porque el virus, aunque no es algo tangible y cognoscible de forma inmediata para nuestros sentidos está presente y lo está tanto que desarrolla afectaciones en el ser humano en todos los ámbitos de su vida. Quizá eso hace falta en México, un virus con consecuencias más notorias y físicas que terminen por concientizar a toda nuestra población.
Mucho se habla afuera de la baja considerable en la economía de nuestro país, la deficiencia en servicios de atención a la salud, desempleo, muertes y muchos otros factores más que se suman a elevar los niveles de estrés en los mexicanos. Aquí les pregunto a ustedes… ¿y dónde queda la atención a la salud mental?.
Es habitual que para nuestro país la idea de una atención a la salud mental ni si quiera esté materializada; sin embargo en este espacio te podemos comentar que ese tema es un factor decisivo ante como afrontas todo lo demás. ¿Te has preguntado por qué algunas personas comienzan a tener alteraciones mentales o en su estado de ánimo y tú no? Precisamente esa pregunta conlleva a una respuesta en términos de salud mental.
Hoy te hablaremos de algunas de las consecuencias psicológicas que pueden desarrollarse o que se comienzan a gestar en ti y la importancia del prestar atención para reconocer y tener un manejo adecuado.
I. Reacciones de ansiedad: tiende a ser una reacción normal a una situación de estrés excepcional, que por lo general es transitorio pero se debe mantener en observación. Algunos de los síntomas son: tensión corporal, irritabilidad, alteración en el sueño, malestares físicos, ansiedad generalizada, sudoración, etc.
II. Ataques de pánico: reacción a una situación de estrés que por lo general es esporádica pero con una intensidad elevada que rebasan los recursos de las personas. Algunos de los síntomas son: hiperalerta, sudoración excesiva, sofocamiento, falta de aire, inmovilización, pensamientos catastróficos, etc.
III. Agorafobia: reacciones de ansiedad muy similar a las antes mencionadas pero enfocadas al temor de salir de casa.
IV. Trastorno Obsesivo Compulsivo: trastorno que puede llegar a afectar en diversos ámbitos de tu vida. Por lo general, viene acompañado de rituales de limpieza excesiva, pensamientos constantes, culpa y ansiedad generalizada.
V. Depresión: disminución del estado de ánimo en términos crónicos que comienza a afectar tu desenvolvimiento, pérdida de interés, alteraciones en sueño y alimentación, visión de túnel. Lo anterior puede detonarse debido a un duelo o pérdida de algún familiar por el COVID-19.
VI. Reacciones paranoicas: pensamientos constantes y afirmativos que, en ocasiones, no tienen relación con una realidad. Se comienza a gestar una idea tan creíble para el paciente que altera todo su estado mental. Por ejemplo, el creer que todos afuera están infectados y puedo infectarme.
VII. Hipocondría: esa sensación internalizada de que hay algo en mi cuerpo, siento dolor o tengo el virus en mi organismo y los médicos no lo han podido detectar. Esto se puede presentar con ideas de creer en cada momento de tu actividad cotidiana que tienes algún síntoma del COVID o la afirmación de que está presente en tu organismo.
VIII. Reaparición de sintomatología ya controlada: hay síntomas que siguen latentes, ya no se han manifestado pero viven en nosotros y buscan la oportunidad perfecta para salir. El escenario pandémico, es un espacio muy oportuno para justificar su presencia.
Sin embargo no caigamos en una visión nihilista de crisis existencial, la pandemia también nos ha dejado secuelas positivas: mayor organización social, concientización, empatía, solidaridad, higiene, cuidado de mí y del otro, responsabilidad social y atención e interés en mi salud,
Si comienzas a detectar alguna sintomatología que rebase tus capacidades de afrontamiento o comienza a impedir tu desenvolvimiento, te sugerimos des un alto a tus actividades y reflexiones sobre qué sientes, qué lo propicio y que vías de soluciones tienes. Si de lo contrario, la sintomatología aumenta con el tiempo acude a un profesional de la salud.
En Psique & Ser, estamos para escucharte.

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