Hablemos de adolescentes
- Psique Y Ser
- 5 may 2021
- 3 Min. de lectura
La adolescencia es esa etapa de nuestras vidas que puede ser crucial para un desarrollo medianamente sano hacia la vida adulta, o una fase tormentosa que viene a destruir los pilares frágiles de la infancia.
La OMS define a la adolescencia como el período de crecimiento y desarrollo humano, que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, considerándose entre los 10 y 19 años.
Arminda Aberaustury en su texto "La adolescencia normal" enuncia una serie de características generales psicosociales y emocionales por las cuáles atraviesa el adolescente en esta etapa de dolencia y de duelos. Algunas de ellas son: ruptura familiar, exploración de nuevos círculos sociales, duelo por el cuerpo y la representación infantil, entre otros.
Para ello, haremos mención de un decálogo que el adolescente no debe olvidar, e incluso debe trabajar para que dicha etapa sea un peldaño más en su desarrollo.

Los adolescentes deben adaptarse a un cuerpo que duplica su tamaño y adquiere características sexuales. Deben aprender a manejar los cambios biológicos y los sentimientos sexuales que los acompañan; y a practicar conductas sexuales saludables. Su tarea también incluye establecer una identidad sexual y desarrollar habilidades para las relaciones de noviazgo.
Desarrollar y aplicar habilidades de pensamiento abstracto: Los jóvenes suelen atravesar cambios profundos en su forma de pensar durante la adolescencia, lo que les permite comprender y coordinar ideas abstractas más efectivamente, pensar en distintas posibilidades, ensayar hipótesis, pensar en el futuro y construir filosofías.
Desarrollar y aplicar un nivel de perspectiva más complejo: Los adolescentes adquieren una nueva y potente habilidad para comprender las relaciones humanas, en las que, una vez que aprenden a “ponerse en el lugar de otra persona”, aprenden a tener en cuenta sus propias perspectivas y las de los demás simultáneamente, y deben usar esta nueva capacidad para resolver conflictos y problemas en las relaciones.
Desarrollar y aplicar nuevas habilidades de adaptación en áreas tales como la toma de decisiones, la solución de problemas y la resolución de conflictos: En relación con todos estos cambios notables, los adolescentes adquieren nuevas habilidades para pensar y planificar el futuro, para utilizar estrategias más sofisticadas en la toma de decisiones, solución de problemas y resolución de conflictos y para moderar los riesgos que toman, y así alcanzar sus metas en lugar de ponerlas en peligro.
Identificar patrones morales, valores y sistemas de creencia significativos: Construyendo sobre estos cambios y las habilidades resultantes, los adolescentes típicamente desarrollan un entendimiento más complejo del comportamiento moral y los principios subyacentes de justicia y afecto, cuestionando creencias de la infancia y adoptando valores, visiones religiosas y sistemas de creencias personalmente más significativos para guiar sus decisiones y comportamientos.
Comprender y expresar experiencias emocionales más complejas: Con relación a estos cambios, los adolescentes tienden a adquirir la habilidad de identificar y comunicar emociones más complejas, comprender las emociones de otros de maneras más sofisticadas y pensar acerca de las emociones de manera abstracta.
Formar amistades íntimas de apoyo mutuo: Si bien los jóvenes típicamente tienen amigos durante toda la infancia, los adolescentes suelen desarrollar relaciones de pares que juegan un papel mucho más importante para brindar apoyo y conexión en su vida. Tienden a pasar de amistades basadas en gran medida en compartir actividades e intereses a otras basadas en compartir ideas y sentimientos, con el consiguiente desarrollo de confianza y entendimiento mutuo.
Establecer aspectos claves de la identidad: Hasta cierto punto, la formación de la identidad es un proceso que dura toda la vida, pero los aspectos cruciales de la identidad se forjan típicamente durante la adolescencia, incluyendo el desarrollo de una identidad que refleja un sentido de individualidad y la conexión con personas y grupos valorados. Otra parte de esta tarea es desarrollar una identidad positiva con respecto al género, los atributos físicos, la sexualidad, la etnia y, si fuera el caso, el hecho de ser adoptado; también deben desarrollar una conciencia de la diversidad de grupos que conforman la sociedad.
Hacer frente a las demandas que implican roles y responsabilidades cada vez más maduros: Los adolescentes gradualmente adoptan los papeles que se esperará de ellos durante la adultez, aprendiendo a adquirir las habilidades y manejar las múltiples demandas que les permitirán moverse en el mercado laboral y satisfacer las expectativas en cuanto a su compromiso con la familia, la comunidad y la ciudadanía.
Renegociar las relaciones con los adultos que ejercen el rol de padres: Si bien algunas veces la tarea de los adolescentes ha sido descrita como “separarse” de los padres y otros cuidadores, se la considera ahora más como una tarea conjunta de adultos y adolescentes para negociar un cambio que establezca un equilibrio entre la autonomía y una conexión continua, enfatizando una u otra según los antecedentes étnicos de cada familia.
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