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La dualidad éxito-fracaso.

  • Foto del escritor: Psique Y Ser
    Psique Y Ser
  • 2 mar 2022
  • 2 Min. de lectura
Cuando te encuentres a ti mismo al lado de la mayoría, es tiempo de parar y reflexionar.
Mark Twain.

No se puede hablar de un concepto sin la presencia del otro. De hecho, uno no tiene validez sin la existencia de su contraparte. Por supuesto que socialmente tiene una mejor mirada el éxito que el fracaso. Pero cuántas veces no hemos escuchado o visto documentales de personajes históricos, o grandes empresarios que se construyeron a partir del fracaso. Y es que el fracaso tiene tintes de debilidad, fragilidad y puede ser el reflejo de la poca estructuración del sujeto para afrontar elementos y exigencias del mundo exterior. Sin embargo, desde la mirada individual, el fracaso puede tener una serie de connotaciones que dependerá justo de la individualidad y subjetividad del sujeto.


Una posible mirada puede ser un fracaso del cual voy a generar una reconstrucción e integración de mí mismo y poder trasladarlo hacia el mundo exterior. Otra tendría relación con la imposibilidad, la desestructuración que se vincula con todos aquellos aspectos negativos que, vistos desde la sociedad, construyen la palabra fracaso. Arraigándose a aspectos emocionales, psicológicos, físicos, culturales, económicos y sociales que harán que el sujeto se vea así mismo como alguien inútil, perdido y sin un conocimiento integral interno y externo.


Lo irónico en esto, es que ambas palabras no solo tienen la interpretación individual, también tienen una mirada enjuiciante de la sociedad. De hecho, los estándares sociales están por encima de lo subjetivo. El dejar que lo anterior crezca, va a generar que nuestro éxito-fracaso este definido por otro, más que por mí mismo; lo cual hace que el concepto interno de éxito este definido por aspectos materiales, bienes o cuestiones económicas, ya que esas son imágenes que socialmente definen la posición y el valor que tenemos ante una cultura.


Parte contraria, el fracaso se ve desde la parte de la nada y de no ser nadie; dejando de lado lo ya preestablecido como una familia, un hogar, un empleo. Eso no se ve porque la gran mayoría lo tiene. Sin embargo, eso puede ser el éxito de alguien, sin embargo visto desde los ojos sociales, el tener solo eso es un fracaso porque no aspira a algo más del orden de las imágenes e impresiones.



La pandemia vino a reubicar el lugar del éxito y del fracaso, y dolosamente se comenzó a dar a partir de la perdida. Comenzamos a perder seres cercanos y queridos, libertades, actividades rutinarias y automáticas; dejándonos expuestos y abiertos para recordar la importancia de que lo poco vale mucho, que las complacencias externas se vuelven un fracaso cuando las internas no están cubiertas; y que teniendo lo interno entendido y acomodado se vuelve el mayor de nuestros éxitos.


Recuerda que en Psique & Ser


“Estamos para escucharte”


 
 
 

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