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La familia en épocas modernas

  • Foto del escritor: Psique Y Ser
    Psique Y Ser
  • 3 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

La familia ha evolucionado muchísimo en los últimos años. Tanto es así, que hasta a los expertos les cuesta trabajo definir lo que es una familia y los tipos que existen (monoparental, homoparental, reagrupada, multicultural). No vamos a entrar en todas las características para no perdernos mucho. Vamos a centrarnos en las situaciones que son más frecuentes en nuestro entorno más cercano.


Los padres de familia con hijos adolescentes suelen estar en torno a los 40 años o más. Nos podemos encontrar, por lo tanto, con que a veces coinciden los cambios e inestabilidad de nuestras hijos con la llamada “crisis de los 40”, que ahora los expertos la sitúan más bien hacia los 50, dado el retraso, en las parejas jóvenes. La familia tradicional ya no está tan extendida, al menos en las ciudades de los países desarrollados. Las madres suelen trabajar junto con los padres y ya no tenemos, en líneas generales, el modelo de la madre en casa que se encarga de las tareas domésticas, y el padre aporta el sustento mediante su trabajo. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo ha traído consigo su independencia económica y personal.


Un conjunto de factores como el cambio en la concepción del matrimonio, cambios en las leyes, la independencia económica de la mujer, etc., han contribuido a que el número de separaciones y divorcios incrementen en la actualidad y esta realidad afecta a los hijos que la viven: presencian el desmoronamiento de la relación, las disputas, las dificultades en el cumplimiento de las medidas reguladoras de la separación o divorcio y no digamos los problemas derivados de la convivencia con la nueva pareja de algunos de los Padres. Ahora bien, dicho todo esto, no debemos interpretar que la separación entre las parejas es el peor mal que aqueja a los hijos. Sencillamente estamos describiendo una realidad relativamente frecuente, pero no peor que otras situaciones de convivencia de parejas que, no se deciden o no pueden romper, y se someten a situaciones destructivas moral y psicológicamente para todos los miembros de la familia.


Si tuviéramos que indicar algunas características de las familias de hoy, podríamos afirmar que, en general:


  • Son más permisivas en la educación de los hijos que en generaciones anteriores. ¿Qué consecuencias tiene? El principio de autoridad está deteriorado y los padres no saben, en muchos casos cómo ejercerlo, incluso dudan si es recomendable utilizarlo.

  • Cada vez más, las familias son menos estables y duraderas. ¿Qué consecuencias tiene? Los hijos no solamente viven la situación de deterioro o ruptura de la pareja sino que además son víctimas frecuentes del intento de llevárselos cada uno a su terreno. Como si fuesen ellos, el objeto mediador, aquel que carga con la responsabilidad de ser hijo y de unir a los padres.

  • Tienen menos tiempo para dedicar a los hijos en particular, y a la convivencia familiar en general, debido fundamentalmente a motivos laborales. ¿Qué consecuencias tiene? A veces los padres intentan compensar esta falta de atención y de tiempo con bienes o recompensas de tipo material, lo que tiene repercusiones negativas a corto y largo plazo. Otra consecuencia importante es la pérdida de los momentos de comunicación, tan necesarios para la cohesión familiar y la transmisión de valores. Por último, indicar que las largas jornadas de trabajo generan estress en las personas que las sufren y éste se transmite al entorno familiar, promoviendo espacios en casa de tensión y de angustia en todos los miembros.


“Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos; debes estar presente en sus vidas hoy”


Recuerda que en Psique & Ser

“Estamos para escucharte”


 
 
 

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